Calderas de gas y calefacción por suelo radiante: ¿una combinación eficiente?
- Publicado por Minus
- 11/09/2025
La búsqueda de soluciones de climatización más confortables y sostenibles ha llevado a muchas familias a interesarse por las calderas de gas y el suelo radiante como una de las combinaciones más eficientes para mantener el hogar cálido durante el invierno. Este sistema se ha popularizado en los últimos años porque no solo garantiza un ahorro en el consumo energético, sino que también ofrece una experiencia de confort muy superior a la de los radiadores tradicionales.
Pero ¿realmente es la mejor opción para todos los hogares? A continuación, en Minus analizamos cómo funciona, sus ventajas, limitaciones y aspectos clave a considerar antes de decidirse por esta alternativa.
¿Cómo funciona la calefacción por suelo radiante con caldera de gas?
El suelo radiante es un sistema de calefacción que distribuye el calor a través de una red de tuberías instaladas bajo el pavimento de la vivienda. A diferencia de los radiadores, que concentran el calor en un punto concreto, este método garantiza una distribución homogénea en todas las estancias, proporcionando una sensación de confort térmico más natural.
Principios básicos del suelo radiante
El suelo radiante utiliza agua caliente que circula a baja temperatura (entre 35 °C y 45 °C). Este sistema aprovecha la gran superficie del suelo para irradiar calor de manera uniforme, lo que evita los contrastes de temperatura y reduce la sensación de sequedad en el ambiente.
Papel de la caldera de gas en el sistema
La caldera de gas es el corazón del sistema, ya que se encarga de calentar el agua que circulará por las tuberías. Una de las mayores ventajas de la combinación de caldera y suelo radiante es que las calderas modernas, especialmente las de condensación, trabajan de manera más eficiente cuando generan agua a baja temperatura, lo que se ajusta perfectamente a las necesidades del suelo radiante.
Ventajas de combinar caldera de gas y suelo radiante
Existen claros beneficios que son consecuencia de combinar caldera de gas y suelo radiante en tu hogar. A continuación, te los contamos.
Ahorro energético y eficiencia
Una de las principales razones por las que este sistema se ha vuelto tan popular es su eficiencia energética en calefacción. Al funcionar a temperaturas más bajas que los radiadores convencionales, el consumo de la caldera de gas con suelo radiante es menor, lo que se traduce en facturas energéticas más reducidas. Además, si se combina con una caldera de condensación, el ahorro puede alcanzar hasta un 25 % frente a los sistemas tradicionales.
Confort térmico y distribución del calor
Otro de los beneficios más destacados son las excelentes opiniones sobre la calefacción por suelo radiante. Los usuarios valoran la comodidad de caminar descalzos sobre un suelo templado y la sensación de calor uniforme, sin corrientes de aire ni acumulación de polvo como ocurre con otros sistemas.
Compatibilidad con energías renovables
La instalación de suelo radiante con caldera de gas también es compatible con sistemas renovables, como la aerotermia o los paneles solares. Esto multiplica las posibilidades de conseguir un hogar aún más eficiente y sostenible, reduciendo la dependencia del gas a largo plazo.
Inconvenientes y aspectos a tener en cuenta
Aunque las ventajas son notables, también es importante tener presentes algunos aspectos que pueden condicionar la elección de este sistema.
Costes de instalación inicial
El precio de instalar calderas de gas y suelo radiante es más elevado que el de un sistema convencional con radiadores. Requiere obras en el pavimento, lo que lo convierte en una opción más recomendable para viviendas de nueva construcción o reformas integrales.
Mantenimiento del sistema
En cuanto al mantenimiento, tanto el suelo radiante como la caldera necesitan revisiones periódicas para garantizar su correcto funcionamiento. Aunque no suele ser complejo, es un factor que conviene tener en cuenta dentro del presupuesto anual.
Limitaciones técnicas en viviendas antiguas
Uno de los principales retos del suelo radiante es su instalación en viviendas antiguas. La necesidad de levantar el suelo y añadir una capa de aislamiento puede suponer pérdida de altura en las estancias, además de costes adicionales. En estos casos, antes de lanzarse a instalar este sistema conviene valorar otras alternativas o incluso la combinación con radiadores de baja temperatura.
¿Es la mejor opción para tu hogar?
La decisión de apostar por calderas de gas y suelo radiante dependerá de varios factores: el tipo de vivienda, el presupuesto disponible y las expectativas de confort y ahorro a largo plazo. Si buscas una solución eficiente, duradera y capaz de ofrecer un confort térmico inigualable, esta combinación es sin duda una de las más recomendables. Sin embargo, si vives en una vivienda antigua o no tienes previsto realizar una reforma integral, quizá sea mejor optar por un sistema más sencillo de instalar.
En conclusión, el consumo de la caldera de gas con suelo radiante es mucho más bajo en comparación con otros sistemas de calefacción, y las opiniones sobre la calefacción por suelo radiante destacan su comodidad y eficiencia. Por ello, para quienes buscan una opción moderna, sostenible y con gran valor añadido para la vivienda, la combinación caldera y suelo radiante es una inversión que merece la pena. Contáctanos y podremos asesorarte sobre el estado de tu calefacción y qué opciones puedes