Las calderas de Hidrógeno, una alternativa al gas natural

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  • 20/01/2023

El hidrógeno (H2) es un gas inerte, se encuentra de manera natural en el aire y que, al juntarse con el oxígeno, produce H2O, o lo que comúnmente conocemos como agua.  Este gas se está situando como una alternativa al gas natural, pues es un gas que se encuentra en la atmósfera en inmensas cantidades, forma más del 70% de la misma.

Además, es un gas inflamable, que arde con mucha facilidad y producirse su combustión se genera vapor de agua, es decir, que no genera ningún tipo de gas contaminante como si lo hacen otros combustibles.

Existen dos tipos de hidrógeno a nivel comercial actualmente, el hidrogeno gris y el verde. El primero, es el que se produce derivado al quemar gas natural mediante una técnica denominada reformado de gas natural. El hidrógeno verde se produce a partir de energías renovable, de forma que su impacto medioambiental es prácticamente nulo. La producción de este tipo de hidrógeno se realiza de diferentes formas:

  • Electrólisis del agua con electricidad generada por fuentes de energía bajas en carbono.
  • Reformado con vapor de biometano
  • Piro-reformado de glicerina de origen renovable
  • Electrólisis de solución salina utilizando electricidad de fuentes renovables.
  • El método más ecológico actualmente seria la electrólisis a partir de las fuentes renovables, pues esta forma de obtener hidrógeno no generaría prácticamente ningún impacto en términos de huella de carbono.

Calderas de Hidrógeno

Las calderas de hidrógeno se están posicionando como el futuro de los sistemas de calefacción, pues su funcionamiento es similar al de una caldera de gas natural, solo que el tipo de gas que se combustiona es otro, esto indica que su implementación no sería muy compleja. Las principales diferencias del hidrógeno con el gas natural son su baja densidad, lo cual implicaría utilizar tuberías más gruesas y depósitos aún mas grandes.

También  es importante destacar que es un gas más ligero, por lo que en caso de fuga se “escaparía” más fácilmente por las grietas de las paredes. Para que nuestras viviendas puedan recibir hidrógeno a través de las tuberías de gas existentes hacen falta importantes ajustes. Como el hidrógeno pesa menos y se evapora más fácilmente que el gas natural, habría que adaptar las bombas y los equipos de medición. El coste proyectado de esos cambios se ha calculado que ascendería en España a 700 millones de euros.

Funcionamiento de una caldera de Hidrógeno

El funcionamiento de la caldera de hidrógeno es prácticamente igual que el de una caldera de gas natural, lo cual es una ventaja, ya existen el mercado calderas de hidrógeno, pero el principal problema es que no existe un suministro de hidrógeno que llegue hasta nuestros hogares como el gas natural actualmente. Además de las calderas que trabajan con hidrógeno 100% la industria está trabajando en dos tipos de calderas de condensación que también usan hidrógeno. Se pondrán en el mercado con estas dos etiquetas:

  • Calderas H2 Ready, preparadas para trabajar con una mezcla de hidrógeno al 20% con gas natural.
  • Calderas H2 Ready 100, calderas que en un futuro pueden usar gas natural, hidrógeno o una mezcla de ambos gases.

¿Son una buena alternativa?

Estas calderas podrían ser una buena opción, pero la principal problemática que tiene este tipo de tecnología es que actualmente el hidrógeno es más caro que el gas natural, por lo que hasta que su producción no se normalice, será muy complicado implantar estos sistemas, ya que el coste es significativamente superior. Esto nos lleva la siguiente pregunta que es: ¿Cuál es el tipo de caldera más económica?

Las calderas más eficientes y sostenibles por ahora son las calderas de condensación a gas, frente a las calderas estancas convencionales. Su principal ventaja es su mayor eficiencia y, aunque no usan una energía renovable, son más respetuosas con el medio ambiente. El estudio realizado en 2012 en el que se comparaban calderas estándar con calderas de condensación comprobó que entre las dos mejores calderas de cada tipo había una diferencia del 21 % en cuanto al impacto ambiental.

El coste de funcionamiento anual de las calderas de condensación es menor que el estándar, por su mejor eficiencia: con ellas se ahorra unos 30 euros anuales, aunque su coste es mayor a la hora de comprarlas.

La pregunta clave es si esa mayor eficiencia de las calderas de condensación compensa lo que se paga de más por ellas: la respuesta es sí… pero la amortización lleva un tiempo.